El día 20 de abril del año 1836, en la batalla de San Jacinto, el general mexicano, Santa Anna fue derrotado y la República de Texas ganó su independencia. Los tejanos eran una mezcla de mexicanos y americanos y los descendientos entremezclados de los dos que se habían rebelado contra el imperio mexicano. México nunca
reconoció a Texas como un país independiente, considerando que el Tratado de Velasco que firmó el dictador y general mexicano Santa Anna era inválido.
Desde el año 1836, en el que se formó la República de Texas, hasta el 1845, el año en que la República de Texas pasó de ser un país a ser un estado annexado a los Estados Unidos, hubo continuas disputas y luchas sobre la fronter mexicana. El presidente americano en el momento de la adquisición de Texas como estado era James F. Polk. En aquellos tiempos, Estados Unidos emprendía en su campaña imperialista, expandiendo lo máximo posible. Era un momento en el que el joven país empezaba a disfrutar de una superioridad militar que le haría cada vez más poderoso.
Entendiendo que Méxcio era un país mucho más débil que Estados Unidos, y teniendo en cuenta la vasta extensión de territorio desde Texas hasta la costa del Océano Pacífico que le pertenecía a México, James F. Polk no dudó en aprovechar la situación. Anteriormente habían ofrecido comprar de México el territorio que luego se convertiría en la República de Texas, y se les había negado. Ahora decidieron actuar de forma más decisiva. El presidente americano mandó un ejército a patrullar por una zona extremadamente disputada en la frontera mexicana, entre el Río Nueces y el Río Grande. Este territorio era propiamente mexicano, aun después de la guerra de independencia tejana, pero los ambiciosos tejanos (y luego americanos) pretendían reclamarlo como suyo también. La estrategia en mandar un ejército a esta zona disputada es obvio: provocar una reacción mexicana (algo inevitable) y así tener escusa para librar una guerra de condiciones muy favorables para los Estados Unidos.
Esto es exáctamente lo que ocurrió, cuando el 24 de abril, 1846, una tropa mexicana atacó a los invasores, como se había de esperar. El 13 de mayo del mismo año, con las famosas y descaradas palabras: "sangre estadounidense ha sido derramada en suelo estadounidense", los Estados Unidos declaró guerra con México y en dos breves años ocuparon prácticamente el país entero. Fue una victoria aplastante, completa y sobretodo predecible. Como botín de conquistador, los Estados Unidos tomó una enorme extensión de territorio mexicano como suyo, que incluía casi todo lo que había entre Texas y el Océano Pacífico. Este territorio, hoy día comprende los estados actuales de Nueva México, Arizona, Colorado, Nevada, Utah, California, Wyoming, Kansas y Oklohoma. Este suceso cambió de forma drástica el mapa estadounidense y fue un acto de imperialismo desvergonzado.
-Josué Knott
reconoció a Texas como un país independiente, considerando que el Tratado de Velasco que firmó el dictador y general mexicano Santa Anna era inválido.
Desde el año 1836, en el que se formó la República de Texas, hasta el 1845, el año en que la República de Texas pasó de ser un país a ser un estado annexado a los Estados Unidos, hubo continuas disputas y luchas sobre la fronter mexicana. El presidente americano en el momento de la adquisición de Texas como estado era James F. Polk. En aquellos tiempos, Estados Unidos emprendía en su campaña imperialista, expandiendo lo máximo posible. Era un momento en el que el joven país empezaba a disfrutar de una superioridad militar que le haría cada vez más poderoso.
Entendiendo que Méxcio era un país mucho más débil que Estados Unidos, y teniendo en cuenta la vasta extensión de territorio desde Texas hasta la costa del Océano Pacífico que le pertenecía a México, James F. Polk no dudó en aprovechar la situación. Anteriormente habían ofrecido comprar de México el territorio que luego se convertiría en la República de Texas, y se les había negado. Ahora decidieron actuar de forma más decisiva. El presidente americano mandó un ejército a patrullar por una zona extremadamente disputada en la frontera mexicana, entre el Río Nueces y el Río Grande. Este territorio era propiamente mexicano, aun después de la guerra de independencia tejana, pero los ambiciosos tejanos (y luego americanos) pretendían reclamarlo como suyo también. La estrategia en mandar un ejército a esta zona disputada es obvio: provocar una reacción mexicana (algo inevitable) y así tener escusa para librar una guerra de condiciones muy favorables para los Estados Unidos.
Esto es exáctamente lo que ocurrió, cuando el 24 de abril, 1846, una tropa mexicana atacó a los invasores, como se había de esperar. El 13 de mayo del mismo año, con las famosas y descaradas palabras: "sangre estadounidense ha sido derramada en suelo estadounidense", los Estados Unidos declaró guerra con México y en dos breves años ocuparon prácticamente el país entero. Fue una victoria aplastante, completa y sobretodo predecible. Como botín de conquistador, los Estados Unidos tomó una enorme extensión de territorio mexicano como suyo, que incluía casi todo lo que había entre Texas y el Océano Pacífico. Este territorio, hoy día comprende los estados actuales de Nueva México, Arizona, Colorado, Nevada, Utah, California, Wyoming, Kansas y Oklohoma. Este suceso cambió de forma drástica el mapa estadounidense y fue un acto de imperialismo desvergonzado.
-Josué Knott
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